Grabado láser en aluminio

La versatilidad del aluminio

El aluminio es el tercer elemento químico más abundante en la corteza terrestre, constituyendo aproximadamente el 8% de su masa. En la tabla periódica se le identifica con símbolo Al y con número atómico 13. Es un metal flexible, ligero, maleable, resistente, y con una alta conductividad térmica y eléctrica.

Su resistencia a la corrosión y su capacidad para ser reciclado sin perder sus propiedades lo convierten en un material muy valioso en muchas industrias, incluyendo la automotriz, la aeroespacial, y la de la construcción.

Aluminio como material grabable

El aluminio puede ser grabado tanto en profundidad como para marcaje.

El grabado en profundidad implica la eliminación de material para crear un diseño o texto en la superficie del aluminio. Este proceso puede ser realizado con herramientas de corte o con láser, y es comúnmente utilizado para crear placas de identificación, señales, y componentes industriales.

El marcaje es un proceso superficial que no elimina material, sino que cambia el color de la superficie del aluminio para crear un diseño o texto. Este proceso es comúnmente realizado con láser y es utilizado para crear códigos de barras, números de serie, y logotipos en productos de aluminio.

Aluminio como material soldable

A pesar de las dificultades, el aluminio es un material soldable tanto con láser como con TIG (Tungsten Inert Gas).

La soldadura láser es un proceso rápido y preciso que utiliza un haz de luz concentrado para fundir y unir piezas de aluminio. Es especialmente útil cuando se requiere una alta precisión y velocidad, como en la fabricación de componentes electrónicos o en la industria aeroespacial.

La soldadura TIG es un proceso que utiliza un electrodo de tungsteno no consumible para producir la soldadura y gas inerte para proteger la zona de soldadura de la contaminación atmosférica. Este método es ideal para trabajos que requieren una alta calidad de soldadura, como en la fabricación de estructuras de aluminio para la construcción o la industria automotriz.

Ambos procesos requieren habilidad y experiencia, ya que el aluminio tiene una alta conductividad térmica y puede ser difícil de soldar sin deformar la pieza. Sin embargo, con la técnica correcta, el aluminio puede ser soldado para crear estructuras fuertes y duraderas.

¿Cómo se obtiene el aluminio?

El aluminio se extrae principalmente de la bauxita, un tipo de roca sedimentaria que tiene un alto contenido de aluminio. Esta se tritura y se mezcla con soda cáustica y agua, formando una pulpa. Se calienta a alta presión para disolver el óxido de aluminio de la bauxita y obtener alúmina, que se separa de otras impurezas presentes en la pulpa utilizando ácido sulfúrico.

La alúmina se funde en hornos a temperaturas superiores a los 2000°C, utilizando carbón como combustible. El aluminio líquido se obtiene por electrólisis de la alúmina fundida. Se disuelve la alúmina (Al2O3) con criolita en una celda electrolítica (Na3AlF6) que tiene su interior cubierto con carbón. Este aluminio líquido se vierte en moldes y se deja enfriar y solidificar. Luego, se corta y se moldea para obtener la forma deseada.

Al aluminio se le pueden aplicar tratamientos térmicos para mejorar sus propiedades y se le da un acabado superficial (pulido, anodizado, pintado, etc.)

Los principales yacimientos de aluminio se encuentran en Australia, Brasil, África y el Caribe, y los países principales productores son China y Rusia. Además, gran parte del aluminio producido a nivel mundial proviene del reciclaje.